lunes, 20 de julio de 2015

Suposiciones y alternancias


Estaba yo pensando cuál sería la cantidad de aceite que los olivos que tengo distribuidos a lo largo del terreno de Domingo Pérez y Dehesas Viejas,podrían producirme en una campaña de aceituna.La verdad es que si te pones a pensarlo,te sorprende el hecho de que cuando miras los olivos en flor,da la sensación de que la producción va ser elevada;pasado cierto tiempo,cuando la flor termina de caerse(y sólo quedan en el árbol bolitas de anís)la sensación es diferente, y lo que en principio parecía abundancia, ahora se transforma en bastante.
Con el crecimiento del fruto la situación cambia (dependiendo de la cantidad de agua caída a lo largo del año anterior y de la primavera en curso) y la sensación que percibes es que vas a tener poca cosecha.Más adelante y conforme el fruto se transforma de color(de verde a negro), ya la sensación es otra y la apariencia notada te hace denotar en tu cara una leve sonrisa; mas cuando la aceituna se ha vuelto totalmente negra y miras la cantidad de las cuales hay en el olivo, es grande y cuantiosa(la sonrisa que te queda en el rostro va de comisura a comisura de los labios de la boca), la cosecha está asegurada.


Por el contrario, si la claridad y cantidad de producto es menor,la sensación que se te queda en la imaginación es la de pensar “qué se le va a hacer, a otro año será; o tirar de refranero-mal de muchos consuelo de tontos- e ir a la recolección de la misma con la cabeza cabizbaja pero teniendo la sensación del deber cumplido.Conclusión:
La situación no es cómo se empieza, sino cómo se termina.
Y a esta misma reflexión se le podrían aplicar muchos y mas dichos del refranero español
1: no por mucho correr, amanece más temprano
2: Desde enero hasta diciembre las tareas del campo se entretejen.

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